Desde detrás de los cristales, la melancolía te absorbe y te deja inmovil, con la mirada clavada no se sabe donde, y el pensamiento divaga por lugares lejanos.
Recordando los días de otoño, que evocan esa parte escondida que tenemos todas las persona y que tantas veces nos cuesta aceptar que la tenemos. Cuantas veces nos hemos encontrado detras de los cristales mojados por la lluvia con la mas profunda sensación de soledad.
Cuantas veces, tan solo, hemos agradecido el recuerdo de momentos felices.
Cuantas veces, cuando las gotas frias de la lluvia nos han dejado aislados, hemos recordado a la persona que mas queremos, y cuanto mas agradable es el recuerdo, mas tristes nos ponemos.
La lluvia es melancolía. La lluvia es como el amor.
¿Quien puede explicar que nos pasa dentro del cuerpo cuando no estamos con quien queremos?
Las gota de la lluvia quizás vengan de donde está nuestra persona querida, y nos traigan sus recuerdos. Quizas esa persona también está detras de unos cristales con la misma sensación de tristeza.
Las gotas caen. Las lagrimas intentan beberse nuestra alma.
Todo está mojado. Las gotas, indiferentes de caer aquí o allí dibujan anillos que corren por los charcos.
¿Y si la lluvia no es melancolía?. La melancolia es el amor lejano, es el "ay" del corazón. Es el grito agrio que nos tragamos cuando no es posible susurrar nuestros labios cerca de tu oreja.
Y es asi que cuando nos sentimos de esa manera, la lluvia es nuestra unica compañera. La única callada, comprensiva y agradecida compañera de nuestra desesperante soledad.
Si algun dia, miramos solos la lluvia por detras de los cristales, podemos abrir la ventana, estirar la mano y coger esas gotas llenas de nuestro propio amor y poder apagar el fuego de esa melancolia que nos quema el corazón.
Y quien sabe... quizás tu también estés acariciando las gotas pensando que es mi mano.
APA...
........... LLARGA VIDA ALS SOMNIS I AL ROCK'N'ROLL!!!!!!
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