Echaba mucho, demasiado de menos, esos alegres días de verano. Sí, lo sé; me prometí que disfrutaría del otoño, de sus boniatos y kakis, sus paisajes amarronados... Pero con este caluroso tiempo es imposible.
Hoy nos han regalado un magnífico día, un día de esos añorados, y al tener unas horas libres por la mañana, no me lo he pensado dos veces y aquí me encuentro.
En una cala, que aunque no sea de ninguna isla paradisiaca, no le tiene nada que envidiar, sentado en lo alto de una roca, haciendo que espero a que pasen los segundos, los minutos y las horas, o quizás mejor debería decir, las olas porque en los sitios así, el tiempo es muy relativo, escuchando el murmullo del mar, mientras la brisa marina me trae el olor fresco y salado de alguna sirena.
Si existe el cielo, un trocito pequeño es este maravilloso y tranquilo sitio.
APA...
........... LLARGA VIDA ALS SOMNIS I AL ROCK'N'ROLL!!!
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