Ni el rock del Íncubo, si el suave canto de las aves del Arcángel, consiguieron jaspear el estruendo de la bestia.
Ninguno sabía lo que era.
Desconocían que los V8 habían vuelto a rugir, que había vuelto el gran circo de la Fórmula 1.
APA...
........... LLARGA VIDA ALS SOMNIS I AL ROCK'N'ROLL!!!!!!
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